|
|
La
palabra trombón significa en italiano “trompeta grande”, algo que es realmente
cierto, pues tiene todas sus características. Desde la Edad Media se conoce el
antecedente más inmediato de este instrumento, llamado “sacabuche”, cuya forma
y mecanismo es casi idéntico al actual trombón. En aquella época existían de
diversos tamaños, formando una familia que abarcaba un amplio registro, y hasta
el siglo XVII se han empleado frecuentemente en las iglesias en agrupaciones de
ellos mismos.
Aunque
hoy en día existen también trombones con mecanismo de válvulas cuyo manejo es
similar al de la trompeta, en realidad el trombón que más abunda y el preferido
por los intérpretes es el denominado trombón de vara. Toma este nombre porque
está formado por una vara móvil en forma de “U” que se desliza por el interior
del tubo principal. Según se introduzca más o menos la vara se consigue que el
tubo sonoro sea más largo o más corto, lo cual, junto con el típico juego de
labios de todos estos instrumentos de la sección viento-metal, sirve para
modular los diferentes sonidos que puede emitir.
Al
tocarlo, se sostiene con la mano izquierda para apoyarlo en los labios, mientras
que la mano derecha se utiliza para manejar la vara, introduciéndola o
sacándola según convenga situarlo en alguna de las siete posiciones básicas
para emitir los sonidos afinados.
A
pesar de ser un instrumento de una larga tradición, como ya se ha mencionado,
el trombón se ha incorporado muy tarde a la orquesta sinfónica como instrumento
habitual. No ha sido hasta el siglo XIX cuando lo ha hecho, de la mano de
Beethoven, si bien una vez introducido ya no ha vuelto a salir, convirtiéndose
desde entonces en un instrumento imprescindible dentro de su sección de
viento-metal, pues su sonido grave, potente y brillante aporta una gran
sonoridad a la orquesta. Aunque hoy en día aún existen varios trombones de
diversos tamaños, los más empleados son el tenor y el llamado tenor-bajo, este
último con alguna mayor facilidad para los sonidos extremadamente graves.
Al
igual que ocurre con la trompeta, su empleo más habitual en la música de cámara
es junto a otros instrumentos de la misma sección de metal, así como también es
uno de los instrumentos fijos en toda banda de música. Además, el trombón es
otro de los clásicos de la música de jazz, junto a instrumentos como la
trompeta y el clarinete.